Aunque nos gustaría, los dientes no son indestructibles. Entre otras cosas, son susceptibles al desgaste con el paso del tiempo, el cual puede facilitar la aparición de fisuras. Las fisuras dentales son grietas en los dientes. Se trata de un problema que se suele dar más a partir de los 50 años, aunque también es posible que se produzca en personas de menor edad. Dependiendo del tipo y la gravedad de la fisura, los síntomas y el tratamiento serán diferentes.
A grandes rasgos, hay dos tipos de fisuras:
- Externas: son las que afectan únicamente al esmalte. Por lo tanto, no producen dolor ni son preocupantes. En estos casos, lo recomendable es realizar un sellado de la grieta para evitar que entren las bacterias bucales.
- Internas: son más profundas que las anteriores, penetrando más allá de la capa exterior del diente y llegando a la dentina. En estos casos, el paciente puede sufrir un dolor intenso. Lo aconsejable es realizar una endodoncia si el nervio está afectado. De esta forma, se logrará salvar el diente afectado. Si la grieta llega hasta la encía, lo procedente es extraer la pieza.
Y según dónde se produzca o el sentido de las mismas, hablamos de:
- Línea de fisura, cuando hay una leve grieta en la pieza.
- Diente agrietado, cuando la fisura es más grande, pero aún no llega a partir el diente.
- Cúspide fracturada: en los casos en los que la lesión afecta también a la dentina, no solo al esmalte; fracturándose la pieza.
- Fractura radicular vertical: empiezan en la raíz del diente y van hacia arriba.
- Diente partido: la grieta es tan amplia que el diente se parte.
Los síntomas que alertan de este tipo de problema son: dolor al masticar o morder, sensibilidad o dolor en el contacto con comida o bebida fría, dolor al mover la mandíbula o dolor durante el contacto del diente afectado con otro.
¿Qué provoca las fisuras o grietas dentales? Hay diversos motivos que pueden hacer que los dientes se fisuren. Los principales son:
- Bruxismo: apretar mucho los dientes y las mandíbulas, sobre todo por la noche, facilita que se desgasten los dientes y haya más riesgo de fisura. Además, el hecho en sí de apretar los dientes puede desencadenar también las grietas dentales. De hecho, el bruxismo suele ser el principal causante de fisuras en los dientes.
- Traumatismos: un golpe en la boca puede provocar una fisura en una o varias piezas dentales.
- Temperatura: los cambios bruscos de temperatura pueden llevar a fisuras dentales.
- Masticación: masticar alimentos muy duros, como el hielo o caramelos, también eleva el riesgo de sufrir una fisura.
El tratamiento suele ser sellar con una resina especial las fisuras superficiales. Sin embargo, un tratamiento endododóntico es lo apropiado cuando la grieta es más profunda. También es habitual reconstruir la pieza afectada o quitar el trozo dañado en caso de que el diente esté partido y restaurarlo. También hay casos en los que se debe extraer la pieza dental.
Cada situación es diferente, por lo que hay que acudir al dentista para que valore el tratamiento más adecuado. Porque además de la prevención, también es primordial una atención temprana de los posibles problemas dentales como las fisuras o grietas.