Los antibióticos son un tipo de fármacos que se emplean para combatir las infecciones bacterianas –también las orales–, acabando con las bacterias o frenando su reproducción y ayudando a nuestras defensas a eliminarlas del organismo. Pero un mal uso o un abuso de estos medicamentos puede ser muy perjudicial, por lo que es importante que se tomen cuando los recete un profesional sanitario y de la manera correcta.
Un mal uso o un abuso de los antibióticos se produce cuando se utilizan cuando no son necesarios o con mucha frecuencia. Esta mala práctica desencadena:
- Desarrollo de bacterias resistentes a los fármacos: los antibióticos dejan de ser eficaces para combatirlas.
- Infecciones más graves
En la odontología, empleamos los antimicrobianos para prevenir y evitar infecciones postoperatorias, asegurando que los procedimientos dentales son seguros y efectivos. En concreto, estos fármacos protegen, combaten y previenen posibles infecciones tras una intervención.
Las infecciones que se producen en la cavidad oral que podrían requerir la prescripción de antibióticos son pulpitis (inflamación de la pulpa del diente); absceso periapical (acumulación de pus alrededor de la raíz de un diente); gingivitis ulcerosa necrotizante (infección de las encías que genera dolor, fiebre; en ocasiones mal aliento y sensación de malestar), pericoronitis (infección por un diente erupcionado pero que queda para la encía), periimplantitis (infección de los tejidos que rodean un implante dental) y periodontitis agresiva (forma agresiva de la enfermedad periodontal).
Los antibióticos más comunes que se recetan para las infecciones dentales son penicilina, amoxicilina, azitromicina, cefalexina y también la clindamicina, como alternativa a pacientes con alergia a la penicilina.
Concienciación ciudadana sobre el uso responsable de los antibióticos
Además de una correcta prescripción por parte de los profesionales, también es importante que la población tome conciencia sobre el problema del abuso de los medicamentos y actúe para ayudar a frenar el crecimiento de resistencias bacterianas a los antibióticos.
Algunas acciones de gran ayuda son:
- Tomar antibióticos solo bajo prescripción médica
- Seguir las instrucciones sobre cómo usarlo –dosis, horas y tiempo—y no dejar de tomarlo en caso de no mejorar, es decir, concluir el tratamiento prescrito.
- Nunca usar antibióticos que hayan sobrado de tratamientos anteriores
- Actuar para prevenir infecciones, como lavarse las manos con frecuencia, mantener la vacunación al día, cocinar en condiciones higiénicas y evitar el contacto cercano con enfermos
Ante la importancia de hacer un uso correcto de los antibióticos, todos los años se celebra la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos, del 18 al 24 de noviembre, con el fin de que la población aprenda sobre el problema de la resistencia a los antimicrobianos y con el fin de fomentar las mejores prácticas entre el público, los trabajadores de la salud y los profesionales de la sanidad animal.