EL SÍNDROME DE LA BOCA ARDIENTE, UN TRASTORNO COMPLEJO Y DOLOROSO

Síndrome de boca ardiente

Es poco conocido y sin causa aparente, pero muy doloroso y complejo. El síndrome de la boca ardiente es una sensación de ardor, escozor y hormigueo o entumecimiento en la boca. Puede producirse todos los días, con poco malestar al levantarse, y empeorar a lo largo del día. O comenzar al despertarse y durar todo el día, o ser intermitente.

Esta afección puede ir acompañada de otros síntomas, como:

  • Sequedad bucal (xerostomía)
  • Alteración del gusto en la boca, como sabor amargo o metálico
  • Pérdida del sentido del gusto

El síndrome de ardor bucal puede afectar a la lengua, las encías, los labios, el paladar, el interior de las mejillas o a áreas extensas de toda la boca. Pero no suele causar cambios físicos notables en la lengua o la boca.

Generalmente, aparece de forma repentina, pero puedo desarrollarse con el paso del tiempo. Mayores de 60 años y mujeres es el perfil más común de pacientes que sufren esta patología. Es posible que dure meses o años y en raras ocasiones, los síntomas desaparecen repentinamente o son menos frecuentes

Su causa específica a menudo no se puede determinar. Por lo tanto, su diagnóstico es complejo porque además no hay una prueba específica para el síndrome de la boca ardiente. En todo caso, se tiene en cuenta el historial médico y se realiza un examen de la boca. Además, pueden ser necesarias otras pruebas como: análisis de sangre, pruebas de alergias o imágenes, test de flujo salival, biopsia de tejido o pruebas con hisopo bucal. 

Dos tipos de síndrome de la boca ardiente

Se suele diferenciar entre síndrome de la boca ardiente primario, que es el que no está causado por un problema médico subyacente, aunque se cree que puede ser por daños en los nervios que controlan el dolor y el gusto. Y secundario, cuando hay detrás un problema médico, como: 

  • Infecciones en la boca
  • Malos hábitos orales, como interposición lingual, morder la punta de la lengua o rechinamiento de dientes (bruxismo)
  • Cambios hormonales
  • Trastornos metabólicos
  • Alergias por productos o materiales dentales o alimentos
  • Medicamentos para la tensión arterial
  • Carencias nutricionales
  • Reflujo ácido
  • Factores psicológicos, como ansiedad, depresión o estrés
  • Irritación excesiva de la boca, que puede ser por un cepillado excesivo de la lengua, el uso de pastas dentales abrasivas o enjuagues bucales, así como la ingesta de bebidas muy ácidas

Tampoco existe una terapia concreta que sea eficaz en todos los pacientes. Lo usual es recetar medicación para controlar el dolor y la sequedad en la boca. Si se trata de un síndrome de ardor bucal secundario, desaparecerá cuando se cure o se controle la patología que lo provoca. 

No obstante, para reducir las molestias de este síndrome es aconsejable no fumar, ni beber alcohol, evitar alimentos calientes o picantes, así como productos con mucho ácido, como frutas o zumos cítricos.

2 comentarios de “EL SÍNDROME DE LA BOCA ARDIENTE, UN TRASTORNO COMPLEJO Y DOLOROSO

  1. Silvia Avendaño Calvo dice:

    Buenos días!! Llevo años con este problema Sindrome de boca ardiente . Estoy desesperada . No sé qué hacer y nadie me ayuda. He ido a varios médicos y dicen que no saben. Me podrían ayudar. Gracias

    • Ignacio Calatayud dice:

      Hola Silvia, entiendo tu problema. Muchas gracias por escribirnos. El síndrome de boca ardiente o de boca urente es un problema cada vez más frecuente, y es cierto que en muchas ocasiones difícil de controlar.
      Se trata de un conjunto de síntomas inespecíficos que afectan a las mucosas de la boca, lengua principalmente aunque tb a las mejillas, encías, etc. Suelen ser molestias en forma de quemazón, ardor, e incluso dolor. Se asocian frecuentemente a xerostomía (boca seca), y el prototipo de paciente suele ser mujer postmenopáusica y en ocasiones con ansiedad o depresión.
      Lo primero que hay que explicar es que es una enfermedad no grave, aunque molesta, que a veces produce «cancerofobia» en el paciente sin motivo. Suele evolucionar por brotes, de modo que la paciente puede estar temporadas largas sin síntomas, y otras con muchas molestias.
      La recomendación general suele ser tratar la base, controlar la ansiedad, consulta con psicólogo o psiquiatra, y recomendaciones locales como evitar alimentos muy ácidos, picantes, mentolados, muy salados, etc. Y por supuesto hidratar mucho la boca, bebiendo mucha agua, y utilizando geles y sprays específicos que venden en farmacia para la boca seca.
      En todo caso una consulta con el profesional cada 4-6 meses, para descartar otras patologías asociadas de las mucosas, como el liquen plano, cándida, leucoplasias, eritroplasias, etc, es preceptivo en casos como éstos.

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