Nuestra cavidad bucodental es muy importante ya que es por donde comemos, hablamos, nos relacionamos y, en ocasiones, respiramos. Por lo tanto, su salud es clave para nuestro día a día. Aunque ya se sabe que la prevención de patologías es esencial, una vez que éstas aparecen, también son muy relevantes los cuidados de nuestra boca y saber qué alimentos benefician o empeoran las dolencias bucales.
Aunque las enfermedades de la cavidad oral se producen por causas diversas, cabe resaltar que una higiene deficiente y malos hábitos alimenticios son los dos factores principales que suelen desencadenar muchas de ellas. Por ello, la primera recomendación es una correcta higiene oral, ya que ayuda a reducir las posibilidades de padecer gran parte de las enfermedades más comunes en esta área.
Una vez desarrolladas, es necesario tratar estas patologías. Algunas de las más frecuentes son el mal aliento, caries dental, gingivitis y periodontitis, cáncer oral, úlceras bucales, erosión y sensibilidad dental, tinciones, herpes labial o bruxismo.
Una correcta higiene oral, arma número uno contra todas las enfermedades
En el caso del MAL ALIENTO, es primordial la higiene. Además de un cepillado correcto y regular, se aconseja el uso cotidiano del hilo dental y la limpieza de la lengua.
La alimentación también es importante en la halitosis, siendo importante evitar las comidas condimentadas y olorosas, el alcohol y el café, así como el tabaco. También se aconseja no seguir dietas con mucha proteína, ni pocas calorías o ricas en grasas. La manzana, el yogur y la naranja también son buenos aliados contra el mal aliento. Además, es fundamental beber 1,5 litros de agua al día y evitar respirar por la boca.
Para las CARIES, es recomendable, además de una buena higiene, el uso de pastas dentífricas con alto contenido en flúor (de farmacia). En este caso, también es de gran ayuda beber mucha agua y una alimentación variada de cereales, frutas no muy ácidas, hortalizas, proteínas y lácteos. Evitar las comidas entre horas es otra práctica que puede beneficiar en la protección de los dientes frente a las caries, así como evitar las comidas muy ácidas (limón, pomelo, kiwi…).
La PERIODONTITIS o enfermedad de las encías pueden llevar a la inflamación de las encías y las estructuras que soportan el diente, como el propio hueso. Además de una higiene dental en casa y una más exhaustiva en la consulta del odontólogo, hay que cuidar las encías para que la patología no progrese.
Cepillarse los dientes tras cada comida, usar hilo dental y visita al odontólogo cada entre tres y seis meses son los tres pilares básicos contra la gingivitis. Hay que usar un cepillo de cerdas suave y reemplazarlo cada tres o cuatro meses. También se puede barajar la opción de emplear un cepillo de dientes eléctrico, ya que puede ser más eficaz para eliminar la placa bacteriana y el sarro, causantes de la inflamación de las encías.
Los alimentos más recomendados para evitar o mantener a raya la enfermedad de las encías son los ricos en vitamina D (salmón, caballa o huevo), los que contienen mucha vitamina C (naranja, por ejemplo), los que poseen fósforo (legumbres, nueces o calabacines) y té verde para evitar la inflamación de las encías.
Cuidados antes y después del tratamiento contra el cáncer oral
El cáncer oral (de la boca y parte posterior de la garganta) suele estar relacionado con el consumo de alcohol, tabaco, infección con el virus del papiloma humano o, incluso, la exposición al sol (cáncer de labios). El tratamiento es quirúrgico y/o mediante radioterapia o quimioterapia. En este caso, los consejos van dirigidos a evitar los problemas dentales que pueden causar los distintos tipos de cáncer oral o los efectos secundarios del tratamiento.
Antes del tratamiento contra el cáncer, es fundamental tener la boca sana. Por lo tanto, hay que ir al dentista para un examen completo, preferiblemente un mes antes de la terapia. Así, en el caso de necesitar un tratamiento dental, éste podrá sanar antes de someterse a la terapia. Además, se evitarán o disminuirán las dolencias derivadas de los tratamientos contra el cáncer o sus efectos secundarios.
En todo caso, algunos consejos para mejorar la salud bucal y prevenir los efectos secundarios de la terapia contra el cáncer son cepillarse suavemente los dientes dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves ablandado con agua tibia y usar hilo dental con regularidad. También es recomendable evitar el alcohol y texturas y sabores extremos en la dieta, es decir, no comer alimentos muy calientes o muy fríos, ni muy picantes, ácidos o crujientes, ya que pueden irritar la boca.
La disminución de la ingesta de azúcar es muy aconsejable tras el tratamiento contra el cáncer oral. Por el contrario, deben ingerirse diariamente alimentos con vitamina D y calcio, ya que éstos ayudan a mantener fuertes y sanos la mandíbula y los dientes. Se debe ingerir mucha agua y bebidas sin azúcar para combatir la sequedad de la boca que se puede experimentar tras los tratamientos para el cáncer.
Evitar algunos alimentos para prevenir ciertas dolencias
El uso de enjuagues de agua y sal es muy efectivo contra las ÚLCERAS BUCALES, así como el bicarbonato o, incluso, el agua oxigenada rebajada al 30%. La ingesta de yogur también ayuda a la curación de llagas. El hielo puede servir para calmar el dolor o reducir la inflamación. Y para evitar su aparición, lo mejor es una dieta equilibrada, rica en hierro, vitaminas y minerales.En todo caso, se desaconsejan las comidas muy ácidas o con muchos condimentos.
Y es que la acidez es en general mala para los dientes. Los agentes ácidos del interior de nuestro organismo (ácidos gástricos) en pacientes con trastornos alimenticios, reflujo gastroesofágico o alcoholismo, o del exterior (comidas o bebidas ácidas, como zumo de limón, pomelo, bebidas carbonatadas, vinagre, vino, aderezos…, o ciertos medicamentos), provocan EROSIÓN DENTAL. Así que hay que moderar su consumo o evitarlos.
Precisamente, el desgaste del esmalte de los dientes provoca SENSIBILIDAD DENTAL. Para evitar molestias, se aconseja no tomar comidas muy calientes o muy frías, además de usar pastas dentales sin agentes abrasivos (siempre de farmacia). Con el fin de evitar que sea una dolencia recurrente, hay que cepillarse los dientes con un cepillo de cerdas blandas dos veces al día y pasta dental con fluoruro. Los alimentos ácidos, carbonatados y el vino es mejor no tomarlos, y en el caso de hacerlo, usar una pajita para limitar el contacto con los dientes o beber agua después para equilibrar los niveles de ácido.
Algunos alimentos, como el café y el té, el vino tinto, los zumos industriales, los refrescos y las bebidas energéticas, las salsas (soja, tomate frito o curry), el vinagre y los cítricos, la zanahoria y aquellos con colorantes artificiales, provocan además TINCIÓN DE LOS DIENTES. Por ello, evitarlos o reducir su ingesta es importante para prevenir esta afección.
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