En verano uno de los riesgos más comunes en los niños son los traumatismos dentales, más habituales durante los tres primeros años de vida, aunque afecta a cualquier edad de la infancia y adolescencia.
Y decimos en verano, porque hay mayor actividad en los niños, jugar en la piscina, montar en bici, en patines, son situaciones en las que se producen caídas y accidentes, que provocan traumatismos dentales.
Son lesiones que se producen en los dientes o en las encías tras un golpe ocasionado por un accidente y a pesar de ser muy comunes no se suelen comunicar al dentista.
En un caso así es crucial la respuesta que tengamos tras el daño producido en la cavidad bucal.
Cómo debemos actuar tras un traumatismo dental
- Debemos mantener la calma, aliviar el dolor aplicando frío en la zona, administrar analgésicos como ibuprofeno y paracetamol, y acudir lo antes posible a tu clínica dental. No se debe esperar para hacer una valoración de los dientes y tejidos.
- Si el daño se produce en un diente temporal lo fundamental será la prevención del posible daño producido en la encía o en el desarrollo de los dientes definitivos. Por ello será necesario revisiones periódicas al dentista para llevar a cabo dicho control.
- En una pérdida completa del diente (avulsión) no se debe aplicar medicamento ni desinfectante en la raíz del diente, y si la raíz está completamente limpia se reimplantará tal y como está antes de una hora, tras producirse el traumatismo.
- Si se ha producido una fractura (diente roto), se debe recoger el trozo de diente y conservarlo en la propia saliva del paciente, suero fisiológico o introducirlo en un recipiente con leche fría hasta llegar al dentista, por si pudiera restaurarlo o reimplantarlo. Los dientes de leche o temporales no se reimplantan, pero los definitivos sí, dependiendo de la gravedad del traumatismo.
- Incluso cuando parezca que el diente no ha sufrido fractura, debemos acudir al odontólogo para evaluar el daño y prevenir que no se produzca una fractura futura o pérdida de la pieza. En esto casos debemos observar posibles molestias o síntomas como dolor al masticar y comunicárselo a nuestro especialista. Muchas fisuras provienen de microfisuras no detectadas a tiempo.
- Si se produce subluxación, aflojamiento de la pieza dental definitiva, no debemos tocarla ni con los dedos ni con la lengua. Se tiene que acudir también al especialista, mantener una dieta de fácil masticación, muy blanda, y una higiene dental cuidadosa.
Posibles consecuencias de los traumatismos dentales
- La consecuencia más leve es una fractura incompleta del esmalte sin pérdida de la estructura del diente.
- Una fractura del esmalte con pérdida de estructura dental, donde se percibe una línea en la superficie del diente.
- Fractura de una pieza dental con o sin daño del tejido pulpar.
- Fractura complicada donde hay una fractura de la raíz del diente.
- Movilidad de los dientes. En ocasiones tras el golpe la pieza no llega a caerse pero sí presenta cierta movilidad en cuyo caso no debe tocarse para no ocasionar daños en la formación del diente definitivo si el diente dañado es de leche, y para no provocar su desprendimiento si es definitivo.
- Cambio de posición de alguna pieza dental. Tras el traumatismo si alguna pieza cambió de posición, los dientes pueden reubicarse a su posición original de forma espontánea o tras la intervención del especialista.
- Fractura de la mandíbula, en la que los dientes no encajan entre sí y la persona no puede abrir completamente la boca.
- Si el traumatismo se produce en personas que lleven ortodoncia, los brackets se pueden aflojar o incluso despegar produciendo daños en las encías o mejillas.
- Cambio de coloración del diente hacia una tonalidad gris o marrón en los días, meses o incluso años posteriores al traumatismo debido a que el diente se necrosa (muerte del nervio) debido al bloqueo de sangre inmediata tras el traumatismo.
La prevención siempre es el mejor aliado y tras un traumatismo acude a tu dentista para decidir cuál es el mejor tratamiento a seguir.